Todo empezó hace tres meses, varios doctores, inyecciones, diagnósticos, agujas y terapias, todo apuntaba a una contractura cervical, por estrés laboral o de mi vida personal, y a pesar del medicamento me sentía igual o cada vez peor. Además me sentía culpable porque mi pareja, mi compañero, Batman, ya estaba cansado y claro al escuchar que todo estaba en mi mente, que yo estaba ya provocando los cuadros de una parálisis facial, o de las últimas que era chantaje mío, pues solamente provocaron problemas en mi casa que no tenía, ahora si ya era cierto lo del estrés. Pero tanto él como yo dimos por hecho los comentarios.
Llegó la Navidad y me quedé en casa a pasar la fecha con mi madre, mi abuela y m i tía, al verme con el caminar chueco, mi hablar torpe y mis movimientos poco coordinados decidimos el acudir al hospital.
Se inició el camino para descubrir lo que realmente pasaba, por primera vez escuché esa palabra ESCLEROSIS.
Llegué a mi casa y me di el respectivo clavado en internet para ver de qué iba la enfermedad. Cuando leí que era progresiva y degenerativa de tipo mortal, apagué el celular y me quedé congelado por unos minutos, entendí las lágrimas de tía y de mi madre, me puse a pensar que tenía un nuevo enemigo, sin confirmar todadavía pero entendí que necesitaría toda la fuerza para los estudios que confirmaran el nombre y tratamiento, era tiempo de una nueva lucha.
Llego la cita con la neuróloga, mi pareja regreso de sus vacaciones, lo cual me dió más tranquilidad y fuerza, entramos mi tía, el y yo con la doctora, había todavía esperanza. Me hizo pruebas y me comentó que hay variedades en los problemas neurológicos y la esclerosis tiene sus variantes:
1. Esclerosis múltiple
2. Esclerosis sistemática progresiva
3. Esclerosis lateral ameotrofica
4. Esclerosis cutánea
2. Esclerosis sistemática progresiva
3. Esclerosis lateral ameotrofica
4. Esclerosis cutánea
Pero me necesitaba internar pero de calidad de urgente y me hicieran los exámenes pertinentes, podría contar el primer intento para internarme pero me provoca un sentimiento de tristeza y frustración todavía. Gracias a mi madre y a Batman que pudieron sacarme de ahí y en esa madrugada vine a otro hospital donde de inmediato programaron los estudios, el más importante era la resonancia magnética, para poder iniciar el tratamiento ya confirmado el malestar, el nombre y especie del enemigo.
Tres horas de resonancia magnética, exámenes sanguíneos, medicamento por vía intravenosa, más agujas y catéters, y por fin llegó el veredicto: Esclerosis múltiple. Ese era mi enemigo, mi propio cuerpo se estaba atacando, y al ver ya lo lesionado pues era tiempo de iniciar mi tratamiento.
Lo ví como una oportunidad, una oportunidad para ser más disciplinado en mi alimentación, adiós al cigarrillo y al alcohol, cuidar más mi cuerpo porque ya no hay de otra, así es como cerrarle el camino a mi enemigo, se que está conmigo, pero ya no le voy a dar poder sobre mi, sobre mi alma.
Esta situación también me dió la oportunidad de sentir el cariño de mi madre, mi abuela, mi tía y de Batman que me acompañaron en la primera batalla, además de sentir las palabras de apoyo de mi hermana y mi padre, mis súper guías Pili y Coco, de Dany boy, de mi abuelita, de mis ancestros, Ángeles y santos, bueno se que no estoy sólo en esto.
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