Santiago Pinotepa Nacional, Oaxaca; a 19 de agosto del 2001.- Mi nombre es Lázaro Pérez Sánchez, tengo 13 años de edad y voy en segundo de secundaria, aquí nací y seguramente por aquí moriré, vivo con madre y padre, también dos hermanos mayores que se fueron para el otro lado, están en Chicago, y nos mandan dólares y a veces con otros que vienen de regreso o no más a ver a las familias, nos mandan cosas bien lucidoras. Tenemos una tienda de artesanías y recuerdos, se vende bien cuando las vacaciones, esta bien a pie de carretera la de Acapulco-Salina Cruz, y nosotros ya vivimos en Yutacu, en la Progreso,
Amigos pues no tengo, a todos le hablo porque somos del pueblo y ya hartos años desde la primaria, en mi casa pues debo llegando de la escuela irme a la tienda a ayudar así que cosas impactantes no las vivo, a no ser las retas del campo, lo mío no es el "fucho",y tampoco se pelean por mí, soy el raro que nadie pela en el salón, pero te acostumbras a los malos modos, a veces se pasan pero pues prefiero los libros que consigo, esos son donde me escondo, como las novelas de Benito Pérez, que los consigue mi tío... Y por eso quiero escribir, para contar lo que nadie me pregunta.
Santiago Pinotepa Nacional, Oaxaca; a 23 de agosto del 2001.- Igual, las mismas burlas, los mismos insultos, la misma tristeza, el mismo rechazo, igual, todo sigue igual, menos que se incorporó un chico nuevo, se llama Ramiro, la verdad que impacta el chamaco, viene de Durango creo, habla diferente a todos nosotros, pero hace juego con él, se sentó atrás de mí, creo que se dio cuenta que me la pasaba volteando para verlo, en la clase de educación física, la cual detesto, todos querían hacer equipo con él, es un poco, bueno bastante grosero, pero cae muy bien, por lo menos le pone variedad a las clases.
Santiago Pinotepa Nacional, Oaxaca; a 5 de septiembre del 2001.- No pensaba que Ramiro y yo nos hiciéramos tan amigos, todo por la clase de biología que nos tocó hacer equipo para la exposición de las células, bueno pues yo digo que nos lucimos, que para todo ya somos equipo, la verdad me gusta mucho, pero sé que esto no debe ser contado, por eso lo dejo en mi diario, en mi caja de secretos, bueno de tanto hasta aprendí a jugar futbol, no soy muy bueno pero por lo menos ya no se meten conmigo, ya un respiro para terminar la "secu".
Santiago Pinotepa Nacional, Oaxaca; a 20 de septiembre del 2001.- Tan "compas" como él me dice que estuvimos juntos en el grito, me la pasé con su familia y hasta me quedé a dormir en su cuarto, bueno en el piso, pero me latía el corazón, como si me pateara el pecho.
Fue como algo intenso, estuvimos platicando de cuánto nos mide, de los pelos, que si ya habíamos fajado, que las páginas de internet, que pues no hay mucho porque solo hay un café internet y pues todo mundo quiere una máquina. Ya cuando nos ganó el sueño ví que el solo duerme en calzoncillos, me dijo que si quería un short o un pans, pero preferí seguirle y también me quedé en calzones.
Fue la noche más larga de mi vida.
Santiago Pinotepa Nacional, Oaxaca; a 9 octubre del 2001.- Ramiro hace de mí como otro Lázaro, me puso de apodo Lacho y pues no me incomoda, no sé como que con su compañía y ocurrencias me atrevo a dejar ese hombre callado y con un resto de miedos, la otra vez fuimos al río y nos encueramos porque pues fuimos al plan de explorar según pero hacia mucho calor, que chulo está mi "compa".
Madre me dice que ya ni ayudo en la tienda ni nada, le digo que es por tarea y que tengo escuela, ya me sentenció que si me agarra de vago que me saca de la secundaria. El 16 es mi cumple y quiero aprovechar para que conozcan a Ramiro, bueno mi casa no tiene comparación a donde vive Ramiro, pero pus yo se que no le van a negar nada, igual y hasta dulces le dan.
Santiago Pinotepa Nacional, Oaxaca; a 20 de octubre del 2001.- En mi cumpleaños creo que Ramiro de la pasó bien, hasta con mis primas bailó, padre hasta de su mezcal le invitó, ahora le tocó a el quedarse conmigo, pero mi jacal es más chico, casi ve mi caja de los secretos, pero pus le cambié la atención, le invite del mezcal que me guardé, y ahora si en calzones los dos, pues al catre a dormir, pensé que se sacaría de onda porque pues estábamos muy cerca el uno del otro, pero no él bien cómodo, me dijo que se la pasó re bien.
Y nos ganó el sueño, pero como que algo ahí despertó en él, antes hablamos de viejas y que si las novias, pero ahora hablamos de su familia y de la mía, y vamos más seguido al río, ya sin menos rollos nos quitamos los calzones.
Siento que nos sonreímos de forma más distinta... Si algo pasa la verdad no lo detengo.
Santiago Pinotepa Nacional, Oaxaca; a 27
de noviembre del 2001.- Me besó, Ramiro me besó... En esas escapadas al río. Creo que nos vieron y me siento con mucho miedo, la verdad me da algo de pánico.
Oaxaca, Oaxaca; a 24 de diciembre del 2001.- Pánico, es nada, de saber lo que me esperaba, creo que hubiera buscado otra palabra. La señora que nos vió no tardó mucho en ir con el chisme, mi madre ya estaba esperando con el cable, y pues ya sabía que con padre sería peor, me dieron ahora sí hasta que perdí la conciencia. Mi madre ya estaba llorando como si a ella le hubieran pegado, y mi padre diciéndome a gritos que no podía seguir viviendo con un enfermo, y pues al final los dos decidieron que enviarme con mi tío y ahora estoy desde ese día en Oaxaca, la verdad con mi tío estoy más tranquilo, de Ramiro ya no supe más, pero como dice mi tío, manteniendo la mente ocupada todo pasa más rápido.
Para enero empiezo aquí la escuela, mientras me la paso en el negocio con mi tío, que a veces se me acerca mucho, pero creo que como el dice, la gente que sale del pueblo tiene la cabeza más abierta.
Oaxaca, Oaxaca; a 12 de enero del 2002.- llegó mi hermano Chui, entró al cuarto, empujó a mi tío y le dijo "a mi hermano no lo tocas marrano", me dijo "agarra tus cosas", nos salimos y esa noche tomamos un camión a la ciudad. Todo el camino nos fuimos callados, ya hasta el camión me empezó a platicar que en diciembre, la migra lo sacó, ya de retache y con poco dinero, pues llegó a la casa de madre donde se enteró que me mandaron con mi tío. Me confesó que cuando era niño lo obligaba a masturbarlo, y que a otras cosas. Yo ya no pregunté porque está por demás a lo que se refiere, y no sé, mi hermano piensa que por mi tío hago cosas raras, que no soy un pervertido solo estoy confundido, tenía ganas de decirle que lo que siento por Ramiro es tan real como el sol, pero no le encuentro caso.
Voy en el camión, pensando en como en cuestión de segundos te puede cambiar la vida, Chui viene muy dormido, debe estar tan cansado que ni el escándalo del motor lo despierta.
Él me dice que ya en la capital nos metemos a trabajar de chalanes con unos camaradas que tiene, que igual los retacharon del "gabacho" y pues que ya hasta cuarto tenemos.
Distrito Federal; a 20 de febrero del 2002.- De verdad que la obra es otro mundo, y yo que pensaba que lo más pesado era la clase de educación física, pero pues inicio mi día desde las cinco de la mañana, a veces ni ganas de desayunar un pan tengo, estamos en un cuarto mejor que el de mi tío en Oaxaca, pus si, tenemos regadera y agua caliente, con los demás luego que la coca o un huevo pues nunca falta, Chui es el que más sale con ellos, yo pus me veo todavía chamaco y en las cantinas no me dejan entrar, lo espero tranquilo en el cuarto.
El otro día llegó y me aventó un celular, que según así estamos mejor comunicados, y que pues ya con lo que yo gano pues que le ponga saldo.
Distrito Federal; a 05 de marzo del 2002.- Con los chavos en la obra me doy mi buen taco, a veces juegan pesado y hasta los pantalones se bajan, le pregunté a mi hermano que si eso no era raro, pero solo se rió, si me dan ganas de entrarle al juego, pero y que tal si me cachan, que se den cuenta que yo lo veo no como juego.
Hay un chavo con el que más platico se llama Héctor, él casi no le entra a esos juegos, Chui dice que porque se siente mucho, y que es la querida del maestro. Puros cuentos. Luego me voy con él a dar un rol, pero todo relajado.
Distrito Federal; a 19 de mayo del 2003.-
Tiene mucho, mucho tiempo que ya no escribo, ya no vivo con Chui, no he vuelto a Oaxaca, si extraño lo que antes era, la escuela, la familia, pero ya no puedo dar marcha atrás.
Todo inició cuando ya de vuelta a la casa, la que tenía con mi hermano, conocí a Plutarco, en el metro, no recuerdo si primero hablamos y luego nos tocamos, o al revés, pero pues nos enganchamos de volada, y desde ahí estoy con él. Fui a la obra a despedirme de Chui, de Héctor, de los demás. No fue fácil, pero ya me estoy acostumbrando.
Con Plutarco, o como todos le dicen Plucartas, aprendí trucos de magia, de eso vivimos, vamos en el metro, todas las líneas, a la alameda, la villa, el zócalo, y ya los viernes y sábados vamos a algunas cantinas o pulquerias del Estado, y a jugarnos la suerte, de ahí su apodo.
Distrito Federal; a 16 de agosto del 2004.- Cuando estoy recolectando el dinero, me pongo a pensar si ese de verdad era mi camino, en todos lados veo a Ramiro, me pone triste sentir que ya no hay nada de mí.
Con Plutarco aprendí que siempre hay alguien que me puede dar cien pesos con solo chupársela, hay mona para olvidar el hambre, y un último truco para escapar.
No creo volver, volver a escribir.
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