17 de junio de 2023

SONRISAS

Todo está en su lugar, simplemente Antón no llegó a casa, pero ni a cambiarse, no puede estar muy lejos. Llevo muchas estaciones de tren buscándolo, les pregunto a todos si no han visto un Payaso, se llama Sonrisas, su traje amarillo, un overol grande, muy grande. 

Si esto es un chiste, no me está dando nada de risa, maldita sea Antón.

I Tres años de la desaparición:


Llevo años de búsqueda de Antón, llegue tarde a la estación hace tres años, y aunque tome el siguiente tren, ya no lo encontré, nunca respondió mis llamadas, mensajes, nadie me quiso dar razón, sé que continúa en el país, eso me da la tranquilidad para seguir sembrando la esperanza de verle de nuevo. 

¿Me estás preguntando por qué no lo he soltado? ¿Que continúe con mi vida? ¿Buscar terapias? No, se nota que nunca te amaron, si tú hubieras vivido con nosotros no cuestionarías esta búsqueda. Desde que nos conocimos lo nuestro era una historia de amor de Benedeti o un poema de Lorca, y como todo, nada es constante, los últimos días juntos fueron esas banderas rojas de alerta y no lo pude ver, no tuve el tiempo de reacción suficiente, simplemente como el agua en las manos. 

A la distancia y el tiempo, no creo que esta huida haya sido por mi, o por los dos, por eso estoy aquí, para buscar respuestas y usted me viene con preguntas de un psicólogo amateur; no te voy a enseñar mi brazo.

II Cinco años de la desaparición:

Antón sigue estando presente, y a pesar que el tiempo está haciendo su trabajo, duele todavía, aquí sigo todos los viernes, esperando ver si corro con suerte y verlo otra vez, no como Antón, sino posiblemente con su ropa de trabajo, como nos conocimos; pero no he tenido suerte. 

Claro que entiendo que su vida es la de un nómada, llevando consigo sólo una maleta, pero vamos, ya teníamos claro nuestras rutinas, y no se perdía como lo hizo. A pesar que ya levanté el reporte de desaparecido, las autoridades no tienen ni una estela; dicen que ya van a cerrar el caso y eso es lo que me tiene como energúmeno, no buscan lo suficiente. Y claro que hasta se burlan por las fotografías que les he proporcionado. Y cuando les digo búsquenlo como SONRISAS sueltan la carcajada. 

III Diez años de la desaparición:

Me acuerdo de lo suave de sus manos, de sus rutinas de magia, verlo con su maquillaje y siempre sonriendo, para despertar y dormir me decía. Cuando llegaba noche, cansado de todo el día estar en eventos o en las plazas, cenaba y tomaba un baño, me pedía que le sobara las piernas y me abrazaba. 

Mi payaso, creo que al principio me negaba, y si te agradezco las terapias, de verdad. Trato de mantenerme ecuánime y en mis cabales. Pero no tenía sentido nada, sus compañeros del gremio decían una cosa y los vecinos otra, la policía nunca abrió carpeta de investigación, y eso me ofendió. La realidad es que Antón como en sus trucos de magia, como la rutina de la paloma, así también desapareció.

¿Cómo de alta? Todo lo que te cuento es desde la verdad, yo no estoy loco…

1 comentario:

  1. No sabemos si vamos a regresar a nuestras casas con bien, eso si es una verdad.

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