Tengo confianza en que en un momento alguien leerá mi blog, que hasta ahora no tiene ni suscriptores ni visitas, pero espero que alguien le pueda dar utilidad a lo escrito.
Ahora de lleno a mi tema, lo tenebroso que aceptarse a uno mismo, en mi experiencia personal ha sido todo un proceso lleno de historias desde las más crudas como batallas épicas pero de manera interna hasta momentos de una dicha que es provocada por la asimilación de anécdotas que me marcaron.
Somos tan duros con nosotros mismos que no nos damos el permiso de disfrutar nuestros errores, ni nos perdonamos si estamos fuera del estándar de lo que actualmente se considera hermoso.
Yo tenía mucho coraje conmigo mismo, me castigaba y me deprimía por estar gordo, o por que mi piel no era tan clara como la de mi demás familia y por ser gay. Este último aspecto era el que me pesaba más. Mi poca autoestima tenía cómo resultado un fracaso tras otro en las relaciones amorosas, a eso sumemos que tenía novias para quedar bien con la familia, la cual claro ya sabían que yo soy un chico con un buen gusto por los hombres. Sin embargo creía que los hombres con los que relacionaba me hacían un favor, y claro mis traumas con mi físico los sacaba a relucir en todo momento, pensaba que haciendo burlas de mí mismo el dolor que sentía se transformaria en una bella compasión que amortiguaria todas las heridas.
No culpo a la gente, creo que tanto los amigos y la familia no se dan cuenta que te lastiman exigiendote que estés dentro del estándar, porque es uno al final el que les abre la puerta y da la autoridad para que ellos dispongan.
Cuando cumplí los 21 años, terminé la Universidad y con esto sin querer le daría la bienvenida a la última gran depresión, sin empleo, sin pareja, con miedos, claro sin dinero y mís truquitos para evadir la realidad. Total que cuando la vida te dice que cambies algo y no lo cambias, el Universo Sr encarga de que lo hagas. Fueron varios golpes que sucumbieron las bases tan frágiles de mi vida.
No los cansaré con detalles de esa etapa, además no lo recuerdo ya con tanta claridad, pero lo que si les puedo decir es que busqué ayuda, porque se vale y es de hombres decir NO PUEDO. Todo de lo que me pude agarrar lo tomé muy fuerte, libros, terapia, sanaciones,.oraciones, etcétera.
Y me decidí a limpiar mi desorden, a tomar mis responsabilidades e inciar el respeto hacia mi mismo, dejé de ser tan duro conmigo mismo y a tratar de festejar cada pasito, porque la mediocridad también es una adicción.
Terminé todas esas relaciones tóxicas, y encontré el amor de mi vida YO MISMO! Y claro que las chanclas vienen en pares así que decreté el hombre que yo merecía, que el nuevo YO merecía. Afirme mi éxito laboral, me perdone por lo injusto que era conmigo y me acepté así gordito, prietito y homosexual, porque ya era tiempo de reconocimiento y de amar lo que antes creía que era un peso. Todos los días trato de felicitarme y aplaudir mis pequeños logros, de pensar que siempre estaría sólo ya voy a cumplir un año viviendo con el hombre que amo, de vendedor pasé a auditor y de tener mi cara de conflicto ahora tengo una mirada de satisfacción. Y arrojo mis papeles de colores para echarme porras porque en nosotros esta el.problema y solución. Siéntete orgulloso de quién eres no te preocupes por la.opinión de los demás ellos también tienen sus propios traumas.
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